miércoles, 5 de febrero de 2014

OBJETIVO:

 Medida de la presión arterial mediante instrumental específico.

FUNDAMENTO TEÓRICO:

La determinación de la presión de la sangre en las arterias es muy importante, pero si es elevada puede provocar la rotura de algún vaso sanguíneo y producir un derrame de consecuencias muy graves. Por el contrario, una presión arterial muy baja es indicio de que la sangre no consigue llegar adecuadamente a todos los órganos y se esta produciendo un riego defectuoso.
Para medir la presión arterial se emplea un aparato, llamado esfigmomanómetro, que consta de un manguito que puede inflarse con una pera de goma, una válvula para controlar el llenado y vaciado y un medidor de presiones (manómetro). También es necesario un fonendoscopio, un instrumento que utilizan los médicos para escuchar los ruidos que se generan en el interior del cuerpo.

MATERIAL:

  • Esfigmomanómetro (2)
  • Fonendoscopio (1)

















PROCEDIMIENTO:

  1. Comprime la arteria humeral contra el húmero para detener el paso de sangre en la arteria. Para ello, enrolla el manguito alrededor del brazo, por encima del codo e hínchalo hasta que el manómetro alcance una presión de unos 170 mmHg. Sitúa la membrana del fonendoscopio sobre la arteria humeral por debajo del manguito y coloca los auriculares en los oídos. Al estar detenido el flujo de la sangre, no oirás nada.
  2. Abre un poco la válvula del esfigmomamómetro, para que salga el aire del manguito y se reduzca poco a poco la presión sobre la arteria humeral. Cuando se iguale al valor de la presión máxima, la sangre comienza a pasar por la arteria, pero, al estar comprimida parcialmente lo hace de forma turbulenta y origina un ruido característico que se escucha con el fonendoscopio. La presión que marca el manómetro en ese momento es la máxima o sistólica.
  3. Sigue disminuyendo la presión del manguito hasta que la arteria esté totalmente abierta, momento en que dejarás de oír el ruido. El valor que indique el manómetro corresponde al de la presión mínima o diastólica.
  4. Para que la lectura de la presión arterial sea correcta, la persona a la que se le toma tiene que sentada, con el brazo descubierto y un poco flexionado y el antebrazo apoyado en una mesa u otra superficie lisa. Debe estar relajada para evitar una subida de presión momentánea que ocasionaría un error en la medida.
OBSERVACIONES:


















CONCLUSIÓN:




















Los datos obtenidos no son todos iguales, puesto que los instrumentos utilizados no son de una precisión cien por cien fiable, hemos llegado a la conclusión de que probablemente el recurso más fiable para tomar la presión arterial es el más tradicional, tomar el pulso directamente sin el uso de aparatos.

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